Si observara con detalle de qué está compuesto su combustible, probablemente encontraría una serie de contaminantes que podrían estar causando daños a su motor.
El combustible contaminado puede conllevar tiempo de inactividad para el vehículo y costosas reparaciones, en especial si se trata de los caros sistemas y componentes de riel común. Los motores modernos requieren cada vez más una mejor tecnología de filtración de combustible que garantice que estén funcionando con el combustible más limpio posible. Estos son algunos de los contaminantes que se encuentran con más frecuencia en el combustible:
- Partículas y residuos: entran cuando el combustible se transfiere entre tanques de almacenamiento y cuando se expone a la atmósfera. La presencia de partículas en el combustible puede alterar la combustión del motor, bloquear el sistema de combustible y causar desgaste en el equipo de inyección de combustible.
- Agua: el agua en el combustible provoca corrosión y erosiona las boquillas de inyección. Puede repercutir en el proceso de combustión, reducir la lubricidad del combustible y, por lo tanto, dañar los componentes del sistema. El agua entra con el combustible en los tanques de almacenamiento y por causa de la condensación que produce el enfriamiento de las temperaturas.
- Cera/parafina : un componente frecuente del combustible, puede producirse en condiciones de frío (también se conoce como gelificación).
- Microbios (bacterias): pueden crecer en el agua que quede en el tanque de combustible.
- Productos de degradación del combustible: los subproductos del combustible son el resultado de la inestabilidad térmica y de oxidación del combustible antes de la combustión.
- Asfaltenos: se encuentran de forma natural en el petróleo crudo y pueden encontrarse con frecuencia en el combustible refinado.
- Aire: entra al sistema a través de filtraciones en las líneas de combustible o las conexiones del sistema.